La imagen de Audrey Hepburn enfundada en un little black dress combinado con un collar de perlas, frente al escaparate de Tiffany and Co, se convirtió en un icono de estilo y de moda alrededor del mundo, por la elegancia y excéntrico lujo al que nos invitaba la película de 1961, quebrantando estereotipos de la época.
Breakfast at Tiffany's, versión cinematográfica del libro de Truman Capote, ha inspirado a multitudes en el mundo y transporta a un ensueño de prestigio y exclusividad. Su personaje Holly Golightly evoca desde entonces un estilo de vida que resultaba inexistente en la sociedad de la época, donde la feminidad era considerada rotundamente polarizada: Se era altamente elegante o absolutamente desinhibida. BAT's dejó de ser una referencia simplemente en el lenguaje del cine, para convertirse en un estilo de vida que se acentúa con los años, un adjetivo, y hasta una actitud ante la vida.